13 de febrero de 2014, el Consejo Metropolitano del Condado de King en Seattle votó en contra de permitir que el sistema urbano Metro Transit mostrara anuncios para la revista «Hustler» de Larry Flint. La votación fue unánime; seis miembros del consejo apoyaron la prohibición y uno se abstuvo. Según la reportera del Seattle Times Lynn Thompson, los miembros del consejo argumentaron que «las imágenes contenidas en los anuncios violan los estándares comunitarios». En respuesta, el CEO de Hustler, Flint, emitió un airado comunicado en Twitter, calificando la decisión de «censura». Acusó a Seattle de intentar «cerrar la libertad de expresión» al afirmar que «el entretenimiento para adultos es legal».
La campaña publicitaria propuesta sería una serie de carteles promocionando la revista Hustler y su presencia en Internet. Presentaba imágenes sugerentes de las mujeres en ropa interior y posturas provocativas, acompañadas de un texto que animaba a los lectores a visitar la página web. Un cartel incluía una imagen de una mujer con un traje revelador sosteniendo un libro y sonriendo a la cámara. Otro mostró a una mujer con un bikini top recostada sobre su espalda en posición suggestiva. Ambos fueron tomados de recientes lanzamientos de Hustler.
Metro Transit aplica una política que prohíbe materiales de carácter sexual o obsceno en sus autobuses y estaciones. Estas normas tienen por objeto garantizar la seguridad y el confort del público, así como evitar insultos a los clientes que puedan no querer exponerse a dichos contenidos. Sin embargo, estas directrices no siempre coinciden con los derechos de libertad de expresión de la Primera Enmienda. La ACLU señaló que los tribunales han respaldado el derecho de mostrar anuncios controvertidos incluso cuando violan las normas comunitarias si cumplen con otros criterios. Así, en 2013, Metro Transit rechazó los anuncios de matrimonios contra gays presentados por la Organización Nacional para el Matrimonio. Esto dio lugar a juicios que finalmente fracasaron.
Los miembros del Consejo de Seattle mencionaron la falta de apoyo a la publicidad para adultos entre sus votantes como una de las razones para rechazar la propuesta de Hustler. También mencionaron la posible reacción negativa de los niños que pueden ver carteles mientras viajan en el autobús o esperan en la estación. El concejal Larry Gossett le dijo a Thompson que había recibido «muchos correos electrónicos» sobre el tema. Dijo que la decisión estaba «basada en lo que pensaba que dirían mis votantes».
Flint reaccionó enérgicamente a esta noticia calificándola de «ataque a la libertad de expresión» y acusando a Metro de «censura». En un comunicado difundido a través de su abogado, Flint acusó a las autoridades de Seattle de intentar cerrar el negocio de su revista. Afirmó que «Hustler es una publicación legal que millones de adultos disfrutan», y agregó que «esta decisión viola nuestros derechos constitucionales». Flint también afirmó que Metro Transit fue influenciado por grupos religiosos que se oponen a la pornografía.
Metro respondió diciendo que su política era proteger a los clientes en lugar de prohibir el contenido. «No tomamos partido», dijo el portavoz de Thompson, Scott Thomson. «Nuestra tarea es poner en marcha un sistema de tránsito eficiente». Sin embargo, reconoció que probablemente hubo algunos empleados en la agencia que no estuvieron de acuerdo con la decisión.
Este incidente pone de relieve el difícil equilibrio entre la seguridad pública, los derechos de la Primera Enmienda y las normas comunitarias. Queda por ver si Hustler buscará una acción legal contra Seattle o lo intentará de nuevo en el futuro. En cualquier caso, muestra lo complicado que puede ser el debate sobre la libertad de expresión en espacios públicos como los sistemas de transporte.