Erotofilia se refiere a un rasgo de personalidad caracterizado por sentimientos positivos hacia el sexo. Incluye la búsqueda del placer en los contactos sexuales, tanto físicos como emocionales, y puede incluir fantasías sobre el sexo. A las personas que manifiestan este rasgo a menudo les gusta explorar sus intereses sexuales con otros, ya sea a través de la interacción de uno a uno o de actividades grupales. También pueden buscar situaciones en las que puedan expresarse físicamente sin ser condenados o avergonzados. Este tipo de comportamiento puede considerarse saludable cuando se practica de manera segura y coherente, pero puede llegar a ser problemático si se va demasiado lejos. Los individuos erotófilos pueden poner la satisfacción sexual por encima de todo, obligándolos a tomar decisiones irrazonables que pueden afectar negativamente sus vidas.
Sin embargo, para aquellos que son capaces de mantener un equilibrio entre sus deseos sexuales y otros aspectos de la vida, ser erotófilo puede conducir a un aumento de la felicidad y la confianza en sí mismos. En cuanto a las opciones de tratamiento, la terapia y los medicamentos pueden ayudar a las personas con casos extremos a lidiar con sus síntomas, mientras que los grupos de apoyo proporcionan una interacción social muy necesaria para aquellos que están lidiando con el aislamiento debido al estigma social.
El concepto de erotofilia se toma del Manual Estadístico Diagnóstico de Trastornos Mentales de Psicología (DSM), que lo define como «una muestra de la constante excitación sexual de situaciones relacionadas con objetos no humanos, niños, animales o cadáveres». Aunque no figura como diagnóstico oficial según los criterios DSM-5, algunos profesionales de la salud mental consideran que la erotofilia debe ser aún reconocida como un estado legítimo, ya que su impacto en las relaciones, la productividad laboral y el bienestar personal puede ser significativo. Las personas que se identifican como erotófilos tienden a experimentar sentimientos elevados durante la actividad sexual en comparación con aquellos que no tienen este rasgo. Los estudios sugieren que el cerebro libera hormonas como la dopamina cuando se expone a estímulos relacionados con el sexo o el romance - fortaleciendo aún más la idea de que el placer juega un papel en ese comportamiento.
En última instancia, comprender lo que impulsa el deseo de intimidad de una persona puede ayudar a mejorar la comunicación dentro de las parejas y fortalecer los vínculos entre las parejas.