El orgasmo masculino es una respuesta fisiológica intensa derivada de la estimulación sexual. Incluye varias etapas: fase de excitación, fase de meseta, fase de orgasmo, fase de resolución. Durante la fase de excitación, el flujo sanguíneo a los genitales aumenta debido al aumento de los niveles de testosterona. Esto causa tensión muscular, pulso más rápido, respiración más rápida. En la fase meseta, el cuerpo se prepara para el orgasmo, incluyendo la liberación del líquido preeyaculatorio y el mantenimiento de la erección. La fase orgásmica comienza cuando se produce un alivio repentino de la tensión, acompañado de contracciones pélvicas rítmicas. Conducen a la eyección del semen a través del pene, que puede ir acompañada de vocalizaciones involuntarias como gemidos y gruñidos. Después de esto, viene la fase de resolución, donde el cuerpo vuelve a su estado original.
Este artículo se centra en el orgasmo masculino, en particular en las fases individuales de emisión y eyaculación. La eyección se refiere a la liberación de líquido del sistema reproductor masculino durante la actividad sexual. Esto puede ocurrir antes o después de la eyaculación e incluye secreciones como el semen, el líquido prostático y el líquido de las vesículas seminales. La eyaculación es el estadio final del orgasmo que implica la expulsión del semen de la uretra en los hombres. Esto ocurre en ondas y suele durar unos 3 segundos, pero puede variar dependiendo de factores individuales como la edad, la salud, el nivel de excitación y la frecuencia de masturbación.
Desde el punto de vista de la anatomía, el semen se produce en los testículos y pasa por el apéndice del testículo antes de ser almacenado en el conducto de semilla. Durante la eyaculación, la presión se acumula en estos tubos, haciendo que se contraigan y expulsen el semen a través de la uretra. El esperma está compuesto por espermatozoides, enzimas y varias otras sustancias necesarias para la fecundación. Mientras tanto, el líquido prostático proviene de la glándula prostática y proporciona al semen nutrientes y grasa. Las burbujas seminales también aportan su propio líquido, que aumenta la viscosidad y protege el esperma. Además de la estimulación genital, la excitación emocional y factores psicológicos como la ansiedad y el estrés pueden influir tanto en la emisión como en la eyaculación. Estos procesos están regulados por hormonas como la dopamina, la noradrenalina, y la serotonina.
Curiosamente, algunos estudios sugieren que la edad de un hombre puede influir en su capacidad para alcanzar el orgasmo.
Por ejemplo, los hombres mayores pueden tardar más en llegar al clímax y experimentar sensaciones menos intensas en comparación con los más jóvenes.
Además, algunos medicamentos o condiciones médicas pueden alterar la función sexual, lo que resulta en una disminución de la libido o disfunción eréctil. Factores de estilo de vida como la dieta, el ejercicio y los hábitos de sueño también pueden jugar un papel en la actividad sexual de los hombres. Finalmente, los investigadores identificaron varios tipos de orgasmos masculinos: explosivo (el más común), refractario, retórico (cuando no hay emisión), retrógrado (cuando el semen se reabsorbe en el cuerpo) y no explosivo (que no incluye la eyaculación).
En general, el orgasmo masculino es un proceso fisiológico complejo que involucra varios sistemas y variables. Comprender estas fases y las diferencias individuales puede ayudar a las personas a optimizar sus experiencias sexuales y mejorar su estado general de salud.