El líquido sexual es una sustancia natural producida por el cuerpo para mantener la salud y la vida de los espermatozoides. No es sólo por placer; también tiene importantes funciones biológicas. Para que los espermatozoides sobrevivan a la vagina, deben ser protegidos de condiciones ácidas. Esto puede ocurrir debido a la presencia de compuestos alcalinos como el amoníaco, que son liberados por las células que recubren las paredes vaginales durante el orgasmo. Estos mismos compuestos también pueden provenir de fluidos sexuales como el semen o el líquido de preeyaculación. Las enzimas contenidas en el fluido sexual ayudan a proteger los espermatozoides de estos ácidos, lo que aumenta la probabilidad de que tengan éxito en la fertilización del óvulo. La composición exacta del fluido sexual varía dependiendo de factores como la edad, las hormonas, la dieta y el nivel de actividad.
Sin embargo, hay algunos componentes comunes que tienden a permanecer inalterados para todas las personas.
Por ejemplo, las proteínas y las grasas desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la vitalidad del esperma. Las enzimas llamadas lisocimus son especialmente importantes porque destruyen las paredes de las células bacterianas y evitan el crecimiento de bacterias. Sin esta protección, el semen sería más vulnerable al ataque de microorganismos dañinos en el medio vaginal. El líquido sexual también contiene antioxidantes, como la vitamina E, que ayudan a reducir el estrés oxidativo en el tracto reproductor. Cuando los espermatozoides permanecen desprotegidos, se dañan y es menos probable que fecunden el óvulo.
Además, el fluido sexual ayuda a crear un equilibrio óptimo de pH en la vagina que promueve la concepción. Si el pH se vuelve demasiado ácido, el semen no sobrevivirá lo suficiente como para alcanzar su objetivo. Al producir la cantidad deseada de compuestos alcalinos, el fluido sexual asegura que el pH se mantenga equilibrado incluso después de terminar el sexo. También preserva la salud vaginal y previene su condición demasiado seca o irritada, ambas pueden afectar negativamente la fertilidad. Por último, el líquido sexual puede contener otros nutrientes, como zinc, hierro y folato, que apoyan la salud reproductiva en general. El zinc, por ejemplo, es esencial para el desarrollo normal de los espermatozoides y su movilidad (capacidad de movimiento). El hierro juega un papel crucial en la ovulación, mientras que el folato apoya la implantación de embriones durante el embarazo.
En general, el fluido sexual es una parte esencial del proceso de reproducción, ayudando a proteger el semen y mantenerlos vivos para que tengan más posibilidades de llegar a su destino: trompas de Falopio y útero.