La forma de la cabeza del pene puede haber evolucionado para ayudar a eliminar el semen del oponente
Un nuevo estudio encontró que la forma de la cabeza del pene humano puede haber evolucionado específicamente para ayudar a eliminar el semen del oponente durante las relaciones sexuales. Investigadores de la Universidad de Texas en Austin analizaron las formas de los penes de diferentes animales y encontraron que las personas con cabezas más esféricas pueden exprimir mejor los espermatozoides rivales. Esto sugiere que la cabeza del pene humano puede haber sido sometida a una selección natural para volverse más puntiaguda y cónica, lo que permite un mayor control y precisión a la hora de eliminar el esperma rival.
Según los investigadores, se cree que esta adaptación surgió porque ayuda a asegurar la paternidad, permitiendo al macho «limpiar la casa» más eficazmente después del apareamiento. En muchas especies, incluidos los humanos, los machos compiten por acceder a las hembras a través de manifestaciones agresivas como la lucha o la vocalización. Los ganadores se aparean con la hembra, mientras que los perdedores quedan sin recompensa. Como resultado, a menudo dejan atrás su material genético en forma de espermatozoides que pueden fecundar sus óvulos si queda embarazada.
» Creemos que la forma de la cabeza del pene humano ha evolucionado para aumentar la fertilidad», dijo el autor principal del estudio, David Puts. El estudio incluyó el estudio de los penes de diversos animales, incluyendo conejos, lagartos y elefantes. Encontraron que las personas con cabezas más redondas eran menos eficaces en la eliminación de espermatozoides rivales que las personas con más puntiagudos. Los penes humanos son relativamente largos y delgados, pero la cabeza es bastante estrecha y redondeada, lo que sugiere que tal vez no limpiamos el semen del oponente tan bien como algunas otras especies.
Sin embargo, los investigadores observaron que nuestra capacidad de usar condones podría potencialmente ayudarnos a superar esta desventaja.
» Nuestros resultados muestran que la presión evolutiva sobre el pene humano es diferente de lo que habíamos asumido anteriormente», dijo Robert Dodds, coautor del trabajo. "No necesitamos ser grandes ni fuertes para impresionar a las mujeres; en cambio, debemos ser capaces de eliminar el semen del oponente de manera más eficaz durante las relaciones sexuales".