«Punto G» se encuentra en la unión entre la uretra y la vagina, en la pared anterior de la vagina justo por encima del esfínter de orina. Se ha sugerido que la estimulación de esta zona puede conducir al orgasmo, aunque los estudios sobre el tema siguen siendo poco concluyentes. Algunas personas describen experimentar una sensación intensa cuando su punto G se ve afectado durante la actividad sexual, mientras que otras no. A veces se le llama «punto G» o «próstata femenina». Las mujeres pueden notar un aumento de la humedad en la vagina al tocar el punto G, que puede deberse a la liberación de líquido lubricante de las glándulas de Skyn. En algunos casos, el punto G puede hincharse ligeramente cuando se satura con sangre, creando una sensación de abultamiento debajo de la piel. El punto G varía en tamaño y forma entre las mujeres, pero suele ser mayor en las que han dado a luz o se han sometido a una histerectomía. Su objetivo exacto aún no está claro, aunque algunos expertos creen que puede desempeñar un papel en el sexo placentero tanto para hombres como para mujeres.
Además de su papel potencial en el placer sexual femenino, el punto G también puede desempeñar un papel en el parto. Durante el parto, los músculos del suelo pélvico se contraen y empujan al bebé por las vías del parto. Se cree que este proceso de contracción implica contracciones musculares del punto G, lo que puede explicar por qué las mujeres embarazadas a menudo experimentan molestias y dolor en esta zona. El músculo del punto G también puede ayudar a mantener otras estructuras como la vejiga y el útero, por lo que cualquier daño o debilitamiento de este músculo puede afectar el control de la micción y la salud general.
Es posible estimular el punto G por contacto manual u oral, aunque esto requiere una técnica especial que incluye aplicar presión a la pared anterior de la vagina cerca del orificio urinario. Algunas mujeres consideran que este tipo de estimulación es incómoda o incluso dolorosa, mientras que otras reportan placer intenso. Es importante señalar que no todas las mujeres responderán a la estimulación del punto G de la misma manera; lo que es bueno para una persona puede no funcionar para otra. Del mismo modo, no hay evidencia de que el punto G por sí solo conduzca a un orgasmo sin estimulación clitoral o vaginal adicional.
En general, la investigación sobre el punto G sigue siendo limitada y se necesitan más estudios para comprender mejor su función y sus efectos sobre el placer sexual y la reproducción. A pesar de esta incertidumbre, muchas personas siguen explorando su cuerpo y experimentando con diferentes métodos para ver qué les funciona mejor. Ya sea que elija buscar su propio punto G o simplemente disfrute de una sensación de intimidad con su pareja, recuerde que la experiencia de cada uno es única y válida.